La rutina no es más que el hábito adquirido de hacer algo de un modo determinado, que no requiere tener que reflexionar o decidir. En nuestro día a día, son muchas las acciones que hacemos de manera mecánica, casi involuntaria y que afectan a la educación y aprendizaje de nuestros hijos.
Como es bien sabido, nuestros pequeños son como «esponjas» que absorben toda la información y son los mejores imitadores. ¿Por qué no aprovechar esa condición para enseñarles hábitos de vida saludable que conserven durante toda su vida?
Revisa tu comportamiento y asegúrate de que cumples estos consejos:
✅ Ten buenas costumbres al comer. Un buen desayuno antes de ir al colegio, comer siempre a la misma hora y comer con ellos para no sólo ser su ejemplo, sino aprovechar esos momentos de comunicación con nuestros hijos/as.
✅ Beber agua. Es necesario insistir en que niños y adolescentes beban agua de forma regular, incluso antes de tener sed. Cuando aparece la sensación de sed, ya existe un cierto grado de deshidratación.
✅ Hacer ejercicio físico. Junto con la alimentación, el deporte es esencial para que los niños y niñas se desarrollen correctamente. Puedes planificar actividades con ellos los fines de semana como ir a la playa y jugar a las palas, hacer caminatas u organizar partidos de fútbol familiares. De esta forma no se centran en hacer ejercicio como tal, si no en disfrutar en familia.
✅ Ver menos la televisión o utilizar menos la tablet. Aunque existen juegos y programas educativos, lo aconsejable es sustituir en mayor medida esas actividades por otros hábitos saludables. La lectura o las manualidades por ejemplo, les permiten aprender y fomentar su imaginación y creatividad.
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